"Si crees que tu vida termina con la muerte lo que piensas, sientes y haces, no tiene sentido. Todo concluye en la incoherencia, en la desintegración.
Si crees que tu vida no termina con la muerte, debe coincidir lo que piensas con lo que sientes y con lo que haces. Todo debe avanzar hacia la coherencia, hacia la unidad."
Si creemos que vamos hacia la muerte, nada tiene sentido en nuestra vida, pues finalmente moriremos en cualquier momento.
Comenzamos por una "creencia"; algo que nos direcciona al hacer, que direcciona nuestra vida a hacerla de una determinada manera.
Creer en la trascendencia implica ser coherente con ello. Implica que TODA mi vida; mis pensamientos, mis sentimientos y mis acciones vayan en armonía, en unidad.
Mente, emociones y cuerpo (motricidad) sintonizados... en la misma dirección.
Finalmente la mayoría (por no decir ¡todas!) de las enseñanzas profundas (espiritualidades) nos orientan en este sentido, en esta búsqueda, en esta dirección vital la armonización de todas las manifestaciones de mi vida. Mis centros energéticos armonizados y mi conexión con los otros seres desde esa armonía, desde esa unión, con esa frecuencia.
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